jueves, 1 de agosto de 2013

Estado y municipio sin garantías de Seguridad



OPINIÓN
 
El País de las Nubes
Ramón John


En la entrega anterior hacía énfasis sobre la violencia en el estado, muchas veces solo conocido a través de la prensa local, tanto estatal como regional, pero que en los medios nacionales pasaba desapercibido, aunque existe bastante material para comentar es necesario conocer algunos casos que nos sirven para evaluar la situación en cierta región como en la Mixteca. 

El pasado martes 9 de julio, gracias a este medio, se difundió la emboscada a un vehículo en la zona Triqui a la altura de la Sabana Copala, acto en el que un menor de tres años perdió la vida, la singularidad del caso radica en que viajaban tres mujeres y dos menores de edad. Esta agresión afectó la una tenue estabilidad en la ya de por sí vulnerable relación entre los habitantes y las organizaciones sociales que tienen presencia en esa región ya que son de las pocas y contadas agresiones con arma de fuego hacia mujeres y niños. 

Días más tarde, el lunes 15, se reporta la desaparición de Herón Sixto López, representante del Centro de Orientación y Asesoría a los Pueblos Indígenas, en el municipio de Santiago Juxtlahuaca, quien fue sacado de sus oficinas ubicadas sobrecarretera Juxtlahuaca,  en esta situación se evidencia la falta de garantías para quienes abogan por la defensa de los derechos humanos y se convierten en víctimas de una fuerza que actúa con total impunidad.

 El 21 de julio en la agencia de Santa María Asunción Juxtlahuaca se cometió un homicidio, en este caso el presunto culpable, al momento de la detención  respondió que fue militar y policía, además de pertenecer al MULT (Movimiento de Unificación y Lucha Triqui), sin especificar si el crimen responde a motivos personales, pasionales o políticos, se suma la sombra de las organizaciones sociales que entre todas ellas tienen en su haber varios asesinatos.

 Un día después, el 22, se da a conocer la desaparición forzada de una pareja que vivía en el pueblo de Yosondu, en el municipio de San Juan Mixtepec, los datos de investigación arrojan que un grupo de personas llegó a la casa donde habitaban y se los llevó. Este contexto que se nos proporciona gracias a la excelente cobertura de El Avisador, nos demuestra que en Oaxaca existen síntomas de inseguridad que parecen brotes, aunque no son una constante si deben de tomarse las medidas necesarias para que no se conviertan en focos rojos, como los que se conocen por conflictos de límites territoriales. 

Si bien se puede argumentar que en todas las sociedades y a lo largo de la historia de la humanidad el crimen ha existido, esto no deja que la prevención sea un elemento fundamental para inhibir los delitos de este tipo sobre todo cuando ya se tienen localizados los lugares donde es más común como en la región Triqui. En otro aspecto, es preocupante que un activista de derechos humanos como Sixto López haya sido sacado de sus oficinas, pues ello representa un acto de intimidación hacía quienes tengan proyectado la defensa de los derechos humanos sin que las medidas de protección sean efectivas a nivel municipal, tan solo el hecho de que en el municipio no se tengan las condiciones necesarias de seguridad deja mucho que pensar. 

Es posible que en todos estos casos podamos ubicarlos dentro de la llamada nota roja, pero si se suman los conflictos políticos y sociales tenemos una amplia perspectiva de una cuestionable condición de gobernabilidad tanto municipal como estatal.

 A todo lo anterior le sumamos la falta de garantías para ejercer el periodismo como se ha registrado en el último mes, al menos es una visión crítica con violencia en crecimiento. Esperemos que más sobresale en las próximas semanas.  


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