domingo, 24 de abril de 2011

PASIÓN Y MUERTE DE CRISTO EN JUXTLAHUACA

Textos y fotos: Jaciel Villavicencio Ramos


        “Un pueblo vive de valores y de la fe, la participación  de los jóvenes en la Pasión de Cristo  es un ejemplo  porque repercute de manera general, pero repercute más en los niños y jóvenes porque son la esperanza de un pueblo que crece y se desarrolla, y, cuando la niñez ve a los jóvenes  representar valores de forma evangélica, están dando  realmente  testimonio de la fe”, sostuvo el misionero Armando Flores Bravo quien participó en el Vía Crucis.     

  


    Ante un sol inclemente  la comunidad católica de Santiago Juxtlahuaca  llevó acabo la  escenificación de la Pasión  de  Cristo, con la participación de jóvenes que interpretaron a diversos personajes, en esta ocasión  representó a Cristo el joven Francisco Peña Leiva, quien tuvo que cargar la pesada cruz durante el largo  recorrido y escenificar las caídas, así como llegar hasta el lugar donde tuvo que ser crucificado.



     En el  Vía Crucis se escuchaban los gritos: “crucifícale, mátale, golpéale”, mientras los soldados romanos  vestidos con capas rojas y turbantes custodiaban  y golpeaban a  Cristo y otros azotaban las espaldas  de los “penitentes”, las huellas de los azotes eran evidentes  y esto se dio durante todo el recorrido, los  “penitentes”   iban vestidos de color negro con el rostro cubierto y, algunos llevaban cargando enormes trozos de madero y los pies  estaban encadenados con gruesos grilletes. 

                   
      Durante el recorrido se escuchaba el mensaje que decía: “los cireneos siempre tienen buen corazón para apoyar desinteresadamente,  pidámosle al señor para que nosotros seamos buenos cireneos y cuando veamos el rostro de una persona abatida  tengamos una palabra, un mensaje de paz, y esto  le motive seguir caminando con ésa difícil cruz que le corresponde llevar hasta el final”. Esto en alusión a  el caminante Simón el  Cireneo que ayudó a Cristo.­

       Otro momento emotivo fue el encuentro de  Cristo con su madre, donde la jovencita que interpretó a  María, madre de Jesús, hizo palpitar fuertemente los corazones con tan desgarradora escena y la destacada actuación que prácticamente encarnó al personaje, el martirio continuaba y a lo lejos se observaba el camino del  monte calvario donde  Cristo tendría que caminar cargando la enorme cruz y, donde sería crucificado.






      La participación de los católicos de Juxtlahuaca fue muy significativa: señoras, señores y jóvenes tanto del sexo femenino como del masculino participaron, algunos con pantalones cortos y ropa ligera por el calor intenso que caía sobre los participantes.

    Llegó el momento más culminante: la crucifixión y muerte de cristo, en estos momentos la atención estaba en la cruz donde se crucificaría a el salvador, el asombro y el sentimiento afloraba en esos instantes,  las mentes  y  cámaras fotográficas congelaron ése instante que recuerda el sacrificio de Jesús por la salvación de los que estamos en la tierra. 
 




      “Aquí en Juxtlahuaca el papá del que representa a Jesucristo al término invita a comer  a los participantes”,  informó Antonio Márquez, quien comentó que lleva cinco años consecutivos haciendo la ermita en la colonia las Américas y que vio todo muy organizado y también  mucha participación, esto habla muy bien de los ciudadanos  de Juxtlahuaca, concluyó.  











                                                                                                                                                                 

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