martes, 26 de abril de 2011

"Los niños prefieren los juguetes industrializados que los tradicionales"

Artesanías de madera



La familia  Ruiz  es originaria de la Sierra Mixe de Oaxaca, y, es de las pocas que se dedican a las artesanías de madera desde hace ya  varias generaciones, los juguetes con más frecuencia que realizan  son los carros, y pueden tomar desde los  diseños de un carro pequeño con personajes de la película Cars, hasta  una pipa de gasolina o un tráiler  con el  logotipo de alguno  de los grupos musicales del momento, así como, baleros, cocodrilos, matracas, comedores, dragones, alebrijes, trompos, guitarras, violines   entre muchos otros más.
            Los  precios varían,  desde los diez  hasta doscientos cincuenta pesos, el material del que están hechos son  de madera  de pino y aile, son fácil de trabajar y más barato, el tiempo que se tardan en cada uno de estos, varía  dependiendo del tamaño,  detalles  del diseño, por ejemplo, en los carros grandes se tardan una semana y los baleros un día.

            Actualmente la forma en que se realizan se ha modernizado, antes se hacían de manera manual y rústica,  el tiempo en que se hacían cada uno era más tardado, hace unos años en un día se elaboraban un trompo, en esta época se hacen  de tres a cuatro docenas al día.

            Alejandra Ruíz Vásquez comenta que sus ventas han bajado debido a que en la actualidad los niños prefieren los juguetes industrializados, con mayor movimiento, lo que no  valoran es que los juguetes de madera son resistentes y su compostura es más fácil.

          “tenemos la  necesidad de modificar nuestros diseños  de acuerdo a los personajes de las películas para atraer a nuestros clientes,” pues es lo que a los niños les llama la atención.
“Los juguetes tradicionales no perjudican a los niños”, comenta don Pedro Vásquez Nolasco, que lleva quince  años en el oficio que lo  aprendió de su suegro y por la necesidad de sacar adelante a su familia.

        Entre sus juguetes preferidos están los carros de los cuales encontramos infinidad de tamaños y modelos, así también como las matracas y los Trompos, Vásquez Nolasco enseña el oficio a sus hijos para no perder la tradición y puedan cubrir sus necesidades.

           Don Pedro disfruta su trabajo, “se hacen unos más creativos, desde niño me gustaba  hacer trompos, los hacía con  machetes sin pintura y más rústicos”.  Antes estos juguetes eran baratos, en la  actualidad la forma de cómo se realizan los diseños y detalles se han  modificado, al igual que su precio.

Comentan que desde el problema de la APPO sus ventas disminuyeron notablemente hasta un 30%, los domingos es el día que más venden,  su ingreso es de hasta mil quinientos pesos, en la semana varía de doscientos a seiscientos pesos diarios.  

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