En
coordinación con la Biblioteca Infantil Jorge Luis Borges, el Instituto Estatal
de Educación para Adultos brinda el servicio de primaria y secundaria para
personas ciegas o con discapacidad visual.
Oaxaca de Juárez, Oax.- Luis está ciego desde los ochos años
y durante más de diez años sus padres buscaron una solución para su vista, sin
embargo, todo fue en vano. “Hasta hace un año era analfabeta, pero después de
encontrar la oportunidad de aprender a leer y escribir en braille, manejar el
ábaco, terminar mi primaria y ahora estudiar la secundaria, me siento con
nuevo, con metas e ilusiones.”
Oriundo de Sola de Vega, de complexión delgada, estatura
media, cabello negro y bien peinado, todos los sábados acude a la Biblioteca
Infantil Jorge Luis Borges, que se localiza, a su vez, en la Biblioteca
Infantil de Oaxaca, José López Alavés 1342, Barrio Xochimilco.
En este espacio el Instituto Estatal de Educación para
Adultos (IEEA) en coordinación con la Biblioteca, brinda el servicio de
enseñanza en braille y la educación primaria y secundaria para personas ciegas
o con discapacidad visual.
Luis Alberto Reyes ahora es instructor del ábaco en la misma
biblioteca donde enseña a jóvenes y niños todos los sábados y su vida ha
cambiado para bien. “Cuando vine aquí me reintegré a la vida escolar, social y
también he hecho buenos amigos. Aquí ha sido una ventana de oportunidades. Todo
en conjunto ha sido maravilloso para mi vida.”
Nos cuenta que perdió la vista del ojo izquierdo a los tres
años “la verdad es que no recuerdo nada de ese proceso, pero me dicen que fue
debido a una catarata que se operó pero que no dio resultado.”
“El otro ojo lo perdí cuando iba en segundo de primaria. Fue
producto de un golpe con una camioneta en la parte de la sien y al cabo de 3
días ya no podía ver las letras del cuaderno, mucho menos la del pizarrón,
entonces me alarmé, aunque no le dije nada a mis papás por miedo.”
“Mi padres se dieron cuenta cuando ya era muy torpe para caminar
y para leer me acercaba demasiado a las letras. Entonces tuve que confesarles
lo que había pasado.”
“Al día siguiente nos trasladamos a la Ciudad de Oaxaca, me
diagnosticaron desprendimiento de retina. Después nos fuimos a la Ciudad de
México, ahí estuve internado en el hospital de la ceguera, me terminé operando
cuatro meses después del accidente pero lamentablemente perdí totalmente el ojo
derecho.”
Luis estuvo ocho años en la ciudad de México si avance
alguno y es que mientras crecía sus papás buscaban otros remedios que
resultaron infructuosos. “Mis papás intentaron inscribirme a una escuela para
ciegos pero luego ya no porque había rumores de que maltrataban a los menores.
Tal vez por su afán de protegerme se truncaron mis estudios.”
Sin embargo, cada año visitaba Sola de Vega en los días de
la fiesta patronal y se quedaba varios días, antes de volver a la ciudad, hasta
que un día decidió quedarse de manera definitiva. Fue cuando ingresó a la casa
de la cultura de la población y aprendió a tocar la guitarra.
“Después quise seguir estudiando, pero fue muy difícil, ya
que no encontrábamos escuela o algún lugar donde enseñaran braille pues era lo
primero que debía aprender.”
La ilusión de seguir estudiando.
“Supe de este lugar a raíz de escuchar en la radio, en
CORTV, donde anunciaban talleres de ábaco, computación para ciegos y el sistema
braille con la Lic. Esperanza. Fue entonces cuando me contacté con mi hermano
que vive aquí en la ciudad de Oaxaca y con mi papá venimos. Ese mismo día
comencé a estudiar.”
Su instructora, Esperanza Martínez Matus, cuenta que en sólo
mes Luis aprendió el braille y luego, en tres meses se preparó para presentar
su examen diagnóstico para acreditar la primaria. Menciona que cuando las
personas son de escasos recursos se procura donarles el material (regleta y
punzón) para que sigan practicando en casa.
Luis quiere seguir estudiando, le gustaría estudiar
Psicología y además apoyar a los demás, sean invidentes o no, “si son
discapacitados a que se reintegren a la sociedad.”
Algunos me dicen que soy listo, “no lo creo así, la verdad
es que me esfuerzo bastante por lo que quiero, trato de esforzarme siempre
antes de cualquier triunfo”, menciona. Vienen de todos los rincones del estad.
La instructora del IEEA menciona que a la Biblioteca llegan
lo mismo personas de Valles Centrales, que del Istmo, la mixteca, la Cuenca del
Papaloapan. El servicio es totalmente gratuito, sólo se les pide formalidad en
su asistencia.
Esperanza explica que primero se enseña a las personas el
sistema braille, luego el manejo del ábaco para realizar las operaciones
básicas como la suma, resta, multiplicación y división. Luego entonces
comenzamos con los módulos del MEVyT que, gracias al esfuerzo del INEA, desde
el año pasado se encuentran en braille disponibles para primaria, y así poco a
poco avanzamos.
No todos los alumnos llevan el mismo ritmo, pero ponen un
empeño extraordinario para superarse. Es el caso de Florinda Martínez Rafael de
33 años, quien es de la comunidad mixe de San Pedro Jutepec, tiene debilidad
visual avanzada, y al momento de llegar a la Biblioteca hablaba casi sólo su
lengua materna.
Bajita de estatura pero enorme de corazón. Flor, como le
gusta que le llamen, cuenta que nació con esta discapacidad y debido a eso sus
papás no la enviaron a la escuela, “pero trabajaba en mi casa, hacia tortilla,
traía leña, cocinaba, lavaba ropa, cuidaba a mis hermanitos”.
Ahora ya sabe leer y escribir y está terminando su primaria.
Dice que le ilusiona seguir estudiando y ayudar a las demás personas que como
ella se encuentran con discapacidad.
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