jueves, 14 de marzo de 2013

SOLO PARA MUJERES




Es rara la mujer que aprecia su cuerpo por lo que es ¿cuántas mujeres se quitan la ropa por la noche, se paran frente al espejo y exclaman: “uau, me gusta mi cuerpo”? Es mucho más probable  que sea una sesión de “no es horrible”, con la mujer empleando su cuerpo en quejarse de que algunas partes  son demasiado grandes, demasiado pequeñas, están en un lugar equivocado o no merecen estar ahí para nada.
La proliferación de artículos sobre dietas y apariencias dirigidos a las mujeres refleja una ansiedad continua acerca de la apariencia física. El argumento de la  bella mujer plástica, aunado a los patrones de la niñez de dar caricias a las niñas principalmente por su aspecto, intensifica esta ansiedad pervasiva.
Las caricias por la apariencia no son destructivas por sí mismas, el peligro surge si éstas son las caricias más importantes  que recibe una niña y si se convierten en la única clase de caricias que valora más adelante.
Es evidente que últimamente el aspecto físico de la mujer tiene un rol demasiado importante y esto ha conllevado a  la contaminación de la esencia de mujer, es decir la mujer no solo se limita a ser bonita, la mujer es: trabajadora, inteligente, madre, creativa, compasiva, sensible, amorosa, y muchas más cualidades que no alcanzarían en este artículo.
Parece ilógico que el porcentaje de mujeres que se destacan por su impacto sobre la sociedad siga siendo muy bajo a pesar que la educación superior les ha abierto los ojos a las diversas posibilidades vocacionales, a pesar de que han demostrado habilidad y dedicación, a pesar de que nunca han estado mejor preparadas para hacer una contribución positiva, muchas mujeres encuentran todavía que la puerta que abre el camino de su elección sigue cerrada para ellas, simplemente porque son mujeres.
Es momento de demostrarse a sí mismas y a la sociedad que como mujeres somos capaces de contribuir positivamente en el desarrollo social, familiar y cultural del país sin menosprecios y negativismos porque al igual que los hombres somos humanos que pensamos, vivimos y merecemos lo mejor.
Mujer atrévete a salir de esa melancolía y hundimiento de la limitación y pon en práctica lo siguiente, sin culpas, porque es tu derecho de ser mujer…
Cada una de nosotras es capaz de pensar por sí misma
Muchas mujeres necesitan practicar el hablar francamente
Fijarse una meta
Equilibrio en su personalidad
La mujer autónoma vive plenamente
Movilice su energía para el cambio

Cada mañana despierta, mírate en el espejo y repite: “ESTOY ENCANTADA DE SER UNA MUJER TRIUNFADORA”


Enriqueta Salazar
Psicóloga 

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