miércoles, 15 de enero de 2014

Juxtlahuaca, el reparto del pastel o lo que alcance



OPINIÓN
Las otras verdades 
 Eduardo Cruz Silva
 

Como era de esperarse porque ya se volvió un “modus vivendi” en Oaxaca, apenas se ha dado el revelo de las nuevas autoridades municipales y por todos los puntos de la geografía oaxaqueña ya empiezan a salir a la luz las tropelías y corruptelas cometidas por  autoridades municipales salientes que solo usaron su cargo para beneficiar a sus más cercanos y familiares  con negocios al amparo del poder pírrico, mediano o grande  que ostentaron según el estatus económico de su respectivo  municipio.

  Algunos medios ya han recogido las primeras historias de ex munícipes vivales, que cerraron tratos, permisos, concesiones, trabajos de base u otro tipo de triquiñuelas  de último minuto. El chiste era irse con un recurso extra para  sobrevivir los tiempos de flacas vacas, que seguramente muchos padecerán. Algunos todavía  han tendido el descaro de improvisar oficinas con el uso de sellos oficiales que no entregaron, para remendar irregularidades o concluir transas.

   En la mixteca oaxaqueña, independientemente de las primeras perlas de corrupción y transas que  empiezan a conocerse del ayuntamiento Huajuapeño que encabezó el ex locutor Francisco Círigo Villagómez y que ofrecerá mucho material de interés periodístico con el correr de los próximos días, también se da el caso del municipio de Santiago Juxtlahuaca, que fue presidido por el caballerango Miguel Mejía Sierra, que casi deja en bancarrota las finanzas municipales.

  En este lugar, luego del saqueo al que fue sometido por el ahora legislador local de extracción priísta Arsenio Mejía García, quien por sus lazos de sangre con el munícipe  ostentó  un cargo de asesor plenipotenciario que hizo y deshizo a su antojo con los recursos, personal y bienes municipales, todavía se despacharon con la cuchara grande al entregar todos los  espacios de un nuevo mercado de abastos a  amigos y familiares  o como pago de favores recibidos.

  El  mercado que se construyó en el conocido Barrio de Santo Domingo y fue inaugurado por Mejía Sierra al cierre de su administración,  ha generado ya un conflicto social en Juxtlahuaca, porque resulta que nadie de los habitantes de Santo Domingo fue beneficiado con los nuevos espacios comerciales pues todos habían sido otorgados a funcionarios municipales,  familiares o amigos con su respectiva constancia de propiedad cuando no pusieron ni un ladrillo para su construcción.

  De buena fuente, tenemos conocimiento  que en el domicilio del ahora ex secretario municipal Alejandro Sierra, todavía se elaboraron en los primeros días del presente año y totalmente fuera de la ley, constancias de propiedad para liquidar  compromisos de campaña de Miguel Mejía Sierra.

   Muchos espacios fueron acaparados por el ahora legislador Arsenio Mejía García, pues en el reparto de la “rosca de reyes” se le entregó uno de los mejores locales comerciales  a su pareja sentimental Zulma Montesinos Salazar, el resto de los beneficiados guarda estrechos lazos con funcionarios y ex autoridades municipales, casi  nadie que se libra de esa condición.

   Lo anterior provocó la irritación de los habitantes del Barrio de Santo Domingo, a quienes se les habían ofrecido espacios a cambio de permitir la construcción de ese inmueble en su demarcación.  Mejía Sierra y su pandilla simplemente les tomaron el pelo.

  De inmediato, el FPR de Juxtlahuaca aprovechó la coyuntura política  para llevar agua a su molino y organizó a los dominguenses para obtener  su tajada del pastel o alguna otra prebenda de las nuevas autoridades municipales. 

   La misma actitud   asumió el líder local de MORENA, René López, que ya organizó otro grupo de “locatarios” para obtener  su “mochada”.  Todos quieren recibir parte del botín que se lleva Mejía Sierra, lo que caiga es bueno.

   Lo señalado, por desgracia ya se ha convertido en una  constante en la manera de hacer política de los oaxaqueños: usar el poder para beneficio propio o tomar por asalto las finanzas municipales. Y todo ocurre, porque realmente no existen los mecanismos y la fuerza legal suficiente para poner un alto al saqueo que se comete en contra de los municipios de nuestra entidad, que deja una sociedad agraviada cada tres años.

  Por ultimo, triste pesar ha causado la partida de otro de los que sin duda han dejado su huella en el periodismo de Oaxaca y en la vida de quienes le conocimos y algo le tratamos de aprender, Don Armando Pérez Montaño. Periodista de la vieja guardia, que solidificó el tiempo. QED.


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