sábado, 15 de septiembre de 2012

Un barco llamado El avisador


OPINIÓN
                                                                                                      Las otras verdades / Eduardo Cruz Silva


El texto del siguiente párrafo, es un fragmento del discurso que el periodista y escritor Gabriel García Márquez, ofreció ante la 52º Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa. Debo señalar, que el  mensaje integro del  Premio Nobel de Literatura, no tiene ni una sola palabra de desperdicio para quienes hemos decidido ejercer el noble oficio del periodismo.
“Tal vez el infortunio de las facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”.
Tomé las palabras del  maestro García Márquez, como punto de referencia al compromiso que la Asociación de Periodistas Independientes de la Mixteca (APIM) y quién esto escribe, han asumido al incorporarse a las páginas de El avisador. Se podrá pensar, que subrayar lo anterior no tiene razón de ser. Que el ejercicio periodístico se sobrentiende con los fundamentos que recalca el escritor colombiano, de hecho, así debe ser, pero la realidad nos muestra cotidianamente que pocos medios de comunicación cumplen con tales premisas.
Se puede observar, que cuando un medio informativo, cubre una geografía muy delimitada normalmente responde a compromisos de diferente índole, las más de las veces a intereses políticos dejando de lado su papel de interlocutores de la sociedad como garantes de la libertad de expresión, para convertirse en interlocutores de sus propios intereses o de sus fuentes de financiamiento. Ejemplo de lo antes expuesto lo podemos encontrar en la mixteca,  Oaxaca y el resto país,  en todas partes se cuecen habas.
Es en extremo lamentable, que el ejercicio periodístico que  debería ser asumido como un contrapeso de todos los poderes reales o fácticos que existen en la sociedad, se convierta  también en otro poder que se alimenta de la simulación, la extorsión, el chantaje y muchos otros vicios que denigran la noble actividad. En suma, un periodismo prostituido y mercenario.
Creemos, que el valor supremo del ejercicio periodístico debe sustentarse en principios y valores éticos que garanticen un responsable uso de la libertad de expresión, respondiendo siempre a un compromiso social, nunca de particulares o de grupos. Ese es el camino que hemos seguido y pretendemos continuar desde estas páginas.
Tal vez nuestra pretensión, signifique luchar a contracorriente  en relación a otros medios informativos en la región de la Mixteca Oaxaqueña,  más aun, cuando en estos momentos existe un  amplio catálogo de  medios escritos y otros más (radio, prensa y portales de internet) que empiezan a surgir al amparo de intereses políticos. Lo  sabemos perfectamente y asumimos el reto.  
En nuestro caso, lo que podemos decir, es que llevamos a cuestas el compromiso de la responsabilidad de informar, opinar, denunciar, etc. Con el objetivo que el ciudadano común no cierre los ojos ante los problemas y de que aprenda reconocer las realidades sociales que existen. Todo ello, apegado a los valores éticos que identifican al periodismo, así de simple sin más adjetivos.
Hoy día, es difícil  encontrar proyectos periodísticos que naveguen por el mar de la independencia editorial y financiera  que arroja como saldo un ejercicio libre del periodismo, sin cortapisas y sin anclas de algún interés en específico. Hemos abordado un barco (El Avisador), que ha desplegado estas banderas y con ello, nuestros compromisos han quedado expuestos. Con el tiempo, el lector y la sociedad podrá decir si estamos cumpliendo.

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