OPINIÓN
Por:
Jesús Russell Mariano.
Politólogo, Asociado-Consultor de Consulting
& Research Estadística Aplicada.
E-mail:
russellsms@hotmail.com
Facebook: Jesus Russell
Después de la tempestad vuelve la calma, reza un viejo refrán, sin
embargo en algunos municipios del Estado de Oaxaca, la calma aún no llega.
Primero un mes de romanticismo político, donde candidatos, algunos con
buenas intenciones, otros tantos, con intenciones individualistas, en fin cada
uno le bajaba la luna y las estrellas a sus posibles votantes como
coloquialmente se dice cuando se pretende convencer a otra persona; cuanta
humanidad, cuando amor al prójimo se vivió en ese entonces, claro está, ya
pocos creen en las promesas de campañas, prueba de ello está en el número de
votantes y en el número de abstencionismo, de este último hablaremos más a
detalle, como he mencionado todos con promesas de mejora para la comunidad, sin
embargo, una vez obtenido el triunfo las buenas intenciones se invierten y el
progreso cada vez se aleja más.
Segundo; el pasado 7 de julio se vivió un día bastante intenso en las
urnas, pues la convocatoria no fue la acostumbrada como en elecciones
ordinarias, fueron pocos los que acudieron a votar, es decir, prácticamente el
voto duro “y otro tanto comprado” que los partidos pudieron lograr, sin
embargo, con una persona que vote basta para legitimar el triunfo de cualquier
candidato, práctica demasiado antidemocrática pues se deprecia al
abstencionismo, pese a que éste es mayor al número total de votantes, es decir
60% se abstiene y solo el 40% acude a votar, considerando que de ese 40%
aproximadamente un 5% anula su voto, es decir que solo un 35% de la población
decide el rumbo de un 100%, algo esta mal en este sistema y es urgente
corregirlo, de no ser asi, el deterioro de las instituciones será irreversible,
y
Tercero; pasadas las elecciones y debido a lo cerrado de los resultados,
tanto en municipios como en distritos, se han vertido impugnaciones de los
diferentes grupos políticos para reclamar el triunfo de uno y otro, ello ha
ocasionado diversos disturbios entre simpatizantes de los diferentes grupos, es
decir de menos del 20% pugnando por la veracidad y apego estricto de la ley en
el conteo y aclaración de resultados, frente a todo esto, solo me resta
preguntar al resto de la población que no acude a votar, que en su mayoría es
causa del descontento con los partidos políticos, porque no exigir a las
instituciones respeto a su posición, es decir, si ningún candidato o partido le
convence lo correcto es ir a votar nulamente, con esta acción ejerce su derecho
como ciudadano y da una lección a las instituciones que han perdido toda
credibilidad frente a la sociedad, no olvidemos que un pueblo organizado es el
origen de los grandes cambios.
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