Artesanías de madera
La familia Ruiz es originaria de la Sierra Mixe de Oaxaca, y, es de las pocas que se dedican a las artesanías de madera desde hace ya varias generaciones, los juguetes con más frecuencia que realizan son los carros, y pueden tomar desde los diseños de un carro pequeño con personajes de la película Cars, hasta una pipa de gasolina o un tráiler con el logotipo de alguno de los grupos musicales del momento, así como, baleros, cocodrilos, matracas, comedores, dragones, alebrijes, trompos, guitarras, violines entre muchos otros más.
Los precios varían, desde los diez hasta doscientos cincuenta pesos, el material del que están hechos son de madera de pino y aile, son fácil de trabajar y más barato, el tiempo que se tardan en cada uno de estos, varía dependiendo del tamaño, detalles del diseño, por ejemplo, en los carros grandes se tardan una semana y los baleros un día.
Actualmente la forma en que se realizan se ha modernizado, antes se hacían de manera manual y rústica, el tiempo en que se hacían cada uno era más tardado, hace unos años en un día se elaboraban un trompo, en esta época se hacen de tres a cuatro docenas al día.
Alejandra Ruíz Vásquez comenta que sus ventas han bajado debido a que en la actualidad los niños prefieren los juguetes industrializados, con mayor movimiento, lo que no valoran es que los juguetes de madera son resistentes y su compostura es más fácil.
“tenemos la necesidad de modificar nuestros diseños de acuerdo a los personajes de las películas para atraer a nuestros clientes,” pues es lo que a los niños les llama la atención.
“Los juguetes tradicionales no perjudican a los niños”, comenta don Pedro Vásquez Nolasco, que lleva quince años en el oficio que lo aprendió de su suegro y por la necesidad de sacar adelante a su familia.
Entre sus juguetes preferidos están los carros de los cuales encontramos infinidad de tamaños y modelos, así también como las matracas y los Trompos, Vásquez Nolasco enseña el oficio a sus hijos para no perder la tradición y puedan cubrir sus necesidades.
Don Pedro disfruta su trabajo, “se hacen unos más creativos, desde niño me gustaba hacer trompos, los hacía con machetes sin pintura y más rústicos”. Antes estos juguetes eran baratos, en la actualidad la forma de cómo se realizan los diseños y detalles se han modificado, al igual que su precio.
Comentan que desde el problema de la APPO sus ventas disminuyeron notablemente hasta un 30%, los domingos es el día que más venden, su ingreso es de hasta mil quinientos pesos, en la semana varía de doscientos a seiscientos pesos diarios.
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