miércoles, 10 de abril de 2013

Los medios de comunicación y Oaxaca



Las otras verdades / Eduardo Cruz Silva

Se han llegado los tiempos electorales en Oaxaca y con ello viene aparejado un fenómeno curioso que se registra tanto en los medios de comunicación locales como en los de difusión nacional. Se ha empezado a sentir una avalancha informativa con declaraciones de infinidad de personajes del ámbito político que tratan de ganar espacios en los medios con la mira puesta en obtener una candidatura a las diputaciones locales o alcaldías municipales.

  En esta bola de nieve de informacion que empieza a rodar y crecer conforme se van acercando a los tiempos de precampaña, campaña y elecciones. Los medios medio de información empiezan también un doble juego que ofrece propaganda disfrazada de nota informativa y que no solamente responde a su línea editorial sino a los intereses económicos y políticos de cada empresa periodística, radiofónica o televisiva, sin descontar a los medios virtuales de la internet.

  Se dice que el periodismo puramente objetivo no existe, pues cada línea escrita o difundida se sujeta a la subjetividad del comunicador que la elabora. Tampoco existe un código de ética generalizado, al que todos respondan como ocurre en otras profesiones en donde se tiene que juramentar un código de valores y principios éticos para ejercer.

  En muy contados medios de comunicación existen reglamentos y códigos éticos que sancionan duramente al periodista que incurra en la dualidad de ejercer el periodismo y al mismo tiempo de manera implícita o explicita se pone al servicio de otros intereses, la más de las veces políticos. Estas violaciones pueden ser motivos de despidos.

  Es cierto que todos los medios de comunicación tienen el derecho de defender sus propios intereses, pero cuando el objetivo principal de ser un contrapeso de los poderes reales o facticos se deja de lado para replegarse puramente a intereses comerciales o políticos, se carcomen los valores de objetividad, imparcialidad y responsabilidad social que deben ostentar.

  La falta de estos códigos éticos en los medios, genera una gran laguna de indefinición en donde muchos periodistas se cobijan para jugar el triste papel de informadores y pregoneros de intereses muy particulares. Situación que difumina la línea entre el periodismo serio y el periodismo que se prostituye, corrompe o se pone al servicio del mejor postor. Todo se justifica en la inexistencia de principios éticos.

 Es en los medios de provincia y más aún en los regionales, es en donde con mayor frecuencia surgen medios de comunicación que desde sus orígenes tienden a marcar una clara inclinación ideológica de su línea editorial, y aunque se dicen ser empresas periodísticas dirigidas a la sociedad. En cada línea se puede observar que solo responden a sus propios intereses políticos o económicos.

  Esta situación, ha sido observada por la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), institución que bajo los auspicios de la UNESCO, diferentes organizaciones internacionales y regionales de periodistas profesionales han tenido, desde 1978, varios encuentros consultivos. Estas reuniones han tenido como tema central una serie de principios de ética profesional de los periodistas, presentada más tarde bajo la forma de 10 puntos.

1. El derecho del pueblo a una información verídica
El derecho a la información y a la comunicación es un derecho fundamental de toda persona, toda comunidad y de todo pueblo. Este derecho implica el recibir una información objetiva, precisa completa y transparente sobre la realidad y expresarla libremente por intermediario de los diversos medios de comunicación.
2. El compromiso del periodista con respecto a la realidad objetiva
La tarea primordial del periodista es de respetar y de promover el derecho de toda persona, y de todo pueblo a una información objetiva. Esta objetividad necesita, en lo posible, la utilización de diversas fuentes de información; requiere la verificación de los hechos y la descripción del contexto en la que estos se sitúan.
3. La responsabilidad social del periodista
La información es un bien social y no se puede tomar como una simple mercancía. Los periodistas, cada uno de ellos desde el lugar donde están, son responsables de la información que ellos transmiten, no sólo ante el editor sino también ante el público.
4. La integridad profesional del periodista
El papel social del periodista, exige de su parte, un alto grado de integridad. Ha de actuar con toda sinceridad y libertad, de acuerdo con su conciencia debidamente esclarecida. Ha de declinar el trabajo que vaya en contra de sus convicciones y ha de abstenerse de revelar fuentes de información. Ha de rechazar toda forma de remuneración ilícita, directa o indirecta y la promoción de intereses contrarios al bien común. Ha de resistir a las presiones abusivas de cualquier tipo de poder.
5. El periodista y el público
Los periodistas han de favorecer el acceso del público a la información y su participación en los medios de comunicación incluyendo la obligación de corrección, rectificación y derecho de réplica. La contribución del público ha de desembocar en una verdadera comunicación y en el establecimiento de un diálogo.
6. El respeto de la vida privada y de la dignidad de la persona
El respeto al derecho de las personas a la vida y a la dignidad, exige del periodista la protección de los derechos y de la reputación ajena, así como la interdicción de la difamación, la calumnia, la injuria, la ofensa y la insinuación mal intencionada.
7. El respeto del interés público
El periodista ha de respetar la comunidad nacional y sus instituciones, conforme lo exige el bien común. Las autoridades, por su lado, han de garantizar el derecho a la comunicación y a la información, base para una verdadera opinión pública y una democracia auténtica.
8. El respeto de la persona, de los derechos humanaos y de la diversidad de culturas
El periodista defiende la dignidad de la persona, los derechos humanos, la libertad religiosa. Respeta el carácter distintivo, el valor y la dignidad de cada cultura así como el derecho de cada pueblo a elegir y desarrollar sus propias opciones. El periodista ha de rechazar toda complicidad con lo que atente contra la vida, contra los derechos de las etnias y la supervivencia de los grupos humanos. Ha de contribuir al diálogo para favorecer la paz, la justicia, el esparcimiento, el desarme y las relaciones internacionales amistosas.

9. La lucha contra los grandes males de nuestro tiempo
Debido a su compromiso en favor de los valores universales y del respeto de lo derechos humanos, el periodista se abstiene de cualquier complicidad con cualquier forma de violencia, odio o discriminación. Contribuye en todo lo que puede a combatir la pobreza, el hambre, la enfermedad, el racismo, el apartheid, el analfabetismo, también las guerras de agresión, la carrera de armamentos y la opresión de regímenes totalitarios y autoritarios. El periodista respeta cada persona y cada pueblo sin distinción de raza, sexo, lengua, nacionalidad, religión o convicción filosófica.
10. La promoción de un nuevo orden mundial de la información y la comunicación
Para este principio les remitimos a la extensa y detallada nota sobre "la UCIP (Unión católica internacional de la prensa) y el NOMIC" que después de discutida fue aprobada por unanimidad en la sesión de clausura de nuestro consejo, el 15 de marzo 1986 en Madrid. Ese texto dice: "...En la búsqueda de un nuevo Orden mundial de la Información y la Comunicación la UCIP afirma que este orden ha de estar en armonía con una concepción de persona, que excluya toda relación de dominio, de forma que pueda llegar a un mejor equilibrio.
 Defender una información libre significa también defender una diversidad y un pluralismo en los Medios de Comunicación Social... La UCIP es consciente que este compartir el saber y la verdad, a través de un orden mundial más equilibrado y más justo, no se realizará sin riesgos y sin problemas. Será necesario proceder con sabiduría, facto, conocimiento de causa y de las circunstancias pero también con convicción y valor. No se puede llevar a cabo un nuevo orden mundial con actos de violencia política o jurídica...".
  También incluye 12 normas en la declaración de principios de la profesión periodística y que ha servido como base para que muchos medios de comunicación a nivel mundial elaboren sus propios códigos de ética y reglamentos internos.
1.       Distinción entre hechos y opiniones (explícitas e implícitas)
2.       Informaciones fundamentadas. Evitar injuriaciones.
3.       Rectificar con diligencia.
4.       Métodos dignos para obtener información y fotos.
5.       Respetar el off de reccord.
6.       Respetar a los que no quieren dar información.
7.       No aceptar retribuciones de terceros.
8.       No utilizar en beneficio propio información privilegiada.
9.       Respetar el derecho de intimidad en caso de enfermedad.
10.    Presunción de inocencia: no se puede hablar de alguien que no ha sido juzgado como culpable, sino como presunto culpable. Los medios no deben emitir juicios.
11.    Tener cuidado con los menores: evitar poner nombres  y datos que le puedan perjudicar, ni siquiera las iniciales, sólo si es necesario.
12.    Rigor en informaciones de discriminaciones o violencia por sexo, raza, enfermedad,..

  Como podemos ver,  desde 1986 los medios de comunicación a nivel mundial han vendido reformándose de manera autocritica para apegarse a principios y valores éticos que tengan a la sociedad como su ultima beneficiaria.

  En el caso de Oaxaca todavía estamos en pañales en este rubro y para beneplácito de los mercenarios del periodismo ni por asomo se vislumbra una unificación de criterios éticos. Por lo tanto, seguiremos viendo “periodistas” que en el fondo son otra cosa. Lobos vestidos de corderos.

 
 

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