sábado, 23 de febrero de 2013

La cruda realidad de una familia de San Simón Zahutlán



**La cruzada contra el hambre incluye 133 municipios de Oaxaca


Por. Eduardo Cruz Silva 
Huajuapan, Oax.-Mientras entra en operación el decreto por el que se establece el sistema nacional para la cruzada contra el hambre, en cuya primera  etapa  se aplicará en  cuatrocientos  municipios  seleccionados  con  base  en  la incidencia de pobreza extrema, habitantes de comunidades como San Simón Zahutlán en la mixteca Oaxaqueña, padecen el agobio de la falta de agua y de alimentos.
Ventura López Basilio, en jefe de familia de la comunidad de Rancho Nuevo, perteneciente al municipio de San Simón Zahutlán, narra sus peripecias para dar de comer a una familia conformada por 30 personas. Tortillas, sal y café es la dieta diaria de esta familia, que tampoco cuenta con agua potable y para refaccionarse del vital líquido tienen que caminar de dos a tres kilómetros para surtirse de pequeños escurrimientos insalubres.
Dispersos entre los cerros casi un centenar de familias ofrecen el mismo panorama, casas elaboradas con lajas de piedra que se incrustan entre varas para conformar las paredes, techos de laminas de cartón y  otros materiales improvisados, tierras de cultivo con nula producción agrícola algunos animales de corral que también ofrecen a simple vista una desnutrición avanzada.
López Basilio, se muestra inconforme porque las autoridades de Zahuatlán, solamente han atendido las necesidades de los vecinos que habitan la cabecera municipal, de lengua mixteca, habla un español entrecortado pero logra expresar con claridad que no recibe ningún tipo de apoyo del municipio o del gobierno federal y estatal, “no recibimos nada, ni comida, ni dinero ni nada”.
Ventura junto con su hermano Carlos de los mismos apellidos,  forman parte de una banda musical que de acuerdo a su decir, cuando mucho le ofrece 400 o 500 pesos al mes cuando tienen trabajo y lo traduce en los 4 o 5 bultos de maíz que tienen que comprar mensualmente para alimentar a su familia.
Tres chozas y una cocina al ras de piso, son las pertenencias de esta familia conformada por una docena de niños, una anciana y cuatro esposas de diferentes hermanos y tres varones que han asumido el papel de jefes de familia.

En este lugar el tiempo parece no transcurrir, ocho perros se resguardan del sol que cae a plomo en lo alto de estos cerros, tres burros son los encargados de transportar el agua de “pequeños pozos” que no son otra cosa que encharcamientos que se forman en temporadas de lluvia y que a simple vista se observa contaminada.
Sin acceso a los servicios de salud, tienen que trasladarse a la ciudad de Huajuapan o a la clínica del IMSS de Zahutlán cuando requieren atención médica, erogando un promedio de 120 pesos de consulta y medicamentos, cuando los ingresos de la familia de Ventura y Carlos apenas  llega a un promedio de 20 pesos diarios.
En este contexto,  la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido que el derecho a la alimentación es indispensable para asegurar el acceso a una vida digna y para ello, no solo se debe atender a la entrega de alimentos, sino que es necesario valorar su accesibilidad, disponibilidad y sostenibilidad, con objeto de determinar si cumple los requerimientos básicos.
Es por ello que el titular del ejecutivo federal anuncio en días pasados una Cruzada contra el Hambre que señala entre otros objetivos: Que con base en los estudios y diagnósticos elaborados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, la población objetivo de los programas de desarrollo social para abatir y erradicar el hambre se conforma por aquellas  personas  que  se  encuentran  en  situación  de  pobreza  extrema  y presentan  carencias  de  acceso  a  la  alimentación.
Que uno de los objetivos fundamentales de cualquier gobierno es garantizar el acceso al derecho universal de la alimentación y, por ello, es preciso que los recursos del Estado lleguen de manera directa y sin condicionante alguna a la población que más los necesita y sean ejercidos con base en reglas de operación y transparencia que permitan su evaluación y la rendición de cuentas.
 Que es el firme propósito del Gobierno de la República dar resultados en el corto plazo  para  garantizar  a  la  población  el  derecho  a  una  alimentación  nutritiva, suficiente y de calidad, a través de acciones coordinadas, eficaces, eficientes y transparentes con un alto contenido de participación social;  “nuestra prioridad es que ningún mexicano padezca hambre” refiere el documento del decreto.
Tal  vez, en otro momento se podrá evaluar los alcances de la cruzada contra el hambre en los municipios de Oaxaca donde se aplicará, por ahora persiste una  realidad  de miseria y sobrevivencia que muchas comunidades mixtecas.  Una realidad que en pleno siglo XXI lastima y ofende.






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