OPINIÓN
Las otras verdades
Eduardo Cruz
Silva
Como era de esperarse porque ya
se volvió un “modus vivendi” en Oaxaca, apenas se ha dado el revelo de las
nuevas autoridades municipales y por todos los puntos de la geografía oaxaqueña
ya empiezan a salir a la luz las tropelías y corruptelas cometidas por autoridades municipales salientes que solo
usaron su cargo para beneficiar a sus más cercanos y familiares con negocios al amparo del poder pírrico,
mediano o grande que ostentaron según el
estatus económico de su respectivo municipio.
Algunos medios ya han recogido las primeras historias de ex munícipes
vivales, que cerraron tratos, permisos, concesiones, trabajos de base u otro
tipo de triquiñuelas de último minuto.
El chiste era irse con un recurso extra para sobrevivir los tiempos de flacas vacas, que
seguramente muchos padecerán. Algunos todavía
han tendido el descaro de improvisar oficinas con el uso de sellos
oficiales que no entregaron, para remendar irregularidades o concluir transas.
En la mixteca oaxaqueña, independientemente de las primeras perlas de
corrupción y transas que empiezan a
conocerse del ayuntamiento Huajuapeño que encabezó el ex locutor Francisco
Círigo Villagómez y que ofrecerá mucho material de interés periodístico con el
correr de los próximos días, también se da el caso del municipio de Santiago
Juxtlahuaca, que fue presidido por el caballerango Miguel Mejía Sierra, que
casi deja en bancarrota las finanzas municipales.
En este lugar, luego del saqueo al que fue sometido por el ahora
legislador local de extracción priísta Arsenio Mejía García, quien por sus
lazos de sangre con el munícipe
ostentó un cargo de asesor
plenipotenciario que hizo y deshizo a su antojo con los recursos, personal y
bienes municipales, todavía se despacharon con la cuchara grande al entregar
todos los espacios de un nuevo mercado
de abastos a amigos y familiares o como pago de favores recibidos.
El mercado que se construyó en el
conocido Barrio de Santo Domingo y fue inaugurado por Mejía Sierra al cierre de
su administración, ha generado ya un
conflicto social en Juxtlahuaca, porque resulta que nadie de los habitantes de
Santo Domingo fue beneficiado con los nuevos espacios comerciales pues todos
habían sido otorgados a funcionarios municipales, familiares o amigos con su respectiva
constancia de propiedad cuando no pusieron ni un ladrillo para su construcción.
De buena fuente, tenemos conocimiento
que en el domicilio del ahora ex secretario municipal Alejandro Sierra,
todavía se elaboraron en los primeros días del presente año y totalmente fuera
de la ley, constancias de propiedad para liquidar compromisos de campaña de Miguel Mejía
Sierra.
Muchos espacios fueron acaparados por el ahora legislador Arsenio Mejía
García, pues en el reparto de la “rosca de reyes” se le entregó uno de los
mejores locales comerciales a su pareja
sentimental Zulma Montesinos Salazar, el resto de los beneficiados guarda
estrechos lazos con funcionarios y ex autoridades municipales, casi nadie que se libra de esa condición.
Lo anterior provocó la irritación de los habitantes del Barrio de Santo
Domingo, a quienes se les habían ofrecido espacios a cambio de permitir la
construcción de ese inmueble en su demarcación.
Mejía Sierra y su pandilla simplemente les tomaron el pelo.
De inmediato, el FPR de Juxtlahuaca aprovechó la coyuntura política para llevar agua a su molino y organizó a los
dominguenses para obtener su tajada del
pastel o alguna otra prebenda de las nuevas autoridades municipales.
La misma actitud asumió el líder local de MORENA, René López,
que ya organizó otro grupo de “locatarios” para obtener su “mochada”.
Todos quieren recibir parte del botín que se lleva Mejía Sierra, lo que
caiga es bueno.
Lo señalado, por desgracia ya se ha convertido en una constante en la manera de hacer política de
los oaxaqueños: usar el poder para beneficio propio o tomar por asalto las
finanzas municipales. Y todo ocurre, porque realmente no existen los mecanismos
y la fuerza legal suficiente para poner un alto al saqueo que se comete en
contra de los municipios de nuestra entidad, que deja una sociedad agraviada cada
tres años.
Por ultimo, triste pesar ha causado la partida de otro de los que sin
duda han dejado su huella en el periodismo de Oaxaca y en la vida de quienes le
conocimos y algo le tratamos de aprender, Don Armando Pérez Montaño. Periodista de la vieja guardia, que solidificó el tiempo.
QED.
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