EDITORIAL
Desde el sexenio de Carlos
Salinas de Gortari, varios estudiosos de la administración pública advirtieron
el riesgo que correrían los ayuntamientos del país al dejar en sus manos el
manejo de recursos económicos de programas federales y estatales sin un marco
normativo que regulara y fiscalizara la
aplicación de esos recursos, así como la obtención de créditos en la banca
comercial y de desarrollo. En ese entonces se censuró a quienes criticaron esas
observaciones, al decir que los ayuntamientos del país tenían que dejar de ser
menores de edad.
El tiempo empieza a dar la razón
a aquellos que advirtieron que vendría una debacle en los ayuntamientos del
país. Hoy día, un buen número de ayuntamientos de la republica mexicana se
encuentran prácticamente en quiebra financiera, derivado de malos manejos, distracción de recursos, crecimiento
exponencial de su aparato burocrático y otras gracias por un manejo deficiente
de los recursos económicos que se ha puesto en sus manos.
De acuerdo con información
difundida por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). , La deuda
municipal en el caso de Oaxaca al cierre del año 2012 ascendía a 332.9 millones de pesos y representa un
brutal incremento comparado con los 23 millones 337 mil 420 millones de pesos
que los municipios reportaban hasta octubre de 2011.
Los ayuntamientos más endeudados son el de
Oaxaca de Juárez con 102.7 millones de pesos; Santa María Pochutla con 20.9
millones de pesos, y Juchitán de Zaragoza con 18.6 millones de pesos, San
Felipe Jalapa de Díaz, tiene una deuda
de 15.5 millones de pesos; Miahuatlán de Porfirio Díaz de 13.2 millones de
pesos, y Salina Cruz de 13.3 millones de pesos.
Figuran además, Tlaxiaco con 9.4 millones de
pesos; Sola de Vega con 9.3 millones de pesos; Santa María Valle Nacional con
9.1 millones de pesos; San Pedro Ixcatlán con 8.8 millones de pesos; Santa
María Colotepec con 8.2 millones de pesos; Ocotlán de Morelos con 6.5 millones
de pesos; Santiago Jocotepec con 6.4 millones de pesos; Cosolapa con 5.5
millones de pesos; Cuicatlán con 5.4 millones de pesos y Santa Cruz Xoxocotlán
con 5.1 millones de pesos.
Aunque la lista sigue, se puede
discurrir que muchos ayuntamientos abusaron en
la contratación de créditos para allegarse de recursos antes de concluir
sus gestiones administrativas aun cuando eso implicaba comprometer sus recursos
a futuro. Hoy a nivel nacional como estatal, muchos ayuntamientos empiezan a
padecer la falta de liquidez derivada de una pésima planeación aun cuando
sabían que la captación de recursos propios es de risa.
Los gritos de auxilio de muchos
ayuntamientos ya se empiezan a escuchar y aunque legisladores federales y
estatales se han pronunciado por no rescatar las deudas de los ayuntamientos,
se debe establecer un mecanismo financiero que permita solventar esa deuda
pública que empieza a afectar los servicios que proporcionan,
independientemente de los candados que se implanten para poner un freno a ese
tipo de endeudamiento. De nueva cuenta, otro ejemplo de la irresponsabilidad que prevalece en la
clase política que nos gobierna y en la mixteca sobran ejemplos.
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