
OPINIÓN
Eduardo Cruz
Silva
Desde cualquier perspectiva,
histórica, teórica, teológica, social o psicológica; la educación se ha
percibido como eje central del desarrollo humano en todas sus áreas; es el
disparador de nuestros valores, filosofías, creencias y condiciones; un sistema
del que salimos para enfrentar esas mismas características desde miles de
perspectivas diferentes; es así, sin duda, la educación, junto a la familia una
plataforma de despegue en la vida de cualquier ser humano.
Se habla mucho del cambio educativo que se ha iniciado para México y que
tiene en la Reforma Educativa, las directrices de un nuevo modelo pero aún sabemos poco acerca de cómo operará y
en qué condiciones se darán dichos cambios. Tanto en los procesos de reforma
del sistema como en los de innovación institucional ha habido poca reflexión,
sistematización, teorización y evaluación.
Los empeños se han dirigido más a difundir y
exponer posibles beneficios que a comprenderla en su complejidad e
integralidad: procesos, actores, relaciones, dinámicas, resistencias, dilemas,
contradicciones, conflictos y lecciones que arrojó su gestación y aprobación
constitucional.
Los informes y estudios que sobre la educación se han realizado en
Oaxaca y el resto del país son por lo general recuentos descriptivos de logros
o rezagos, en los que destacan los indicadores de bajo desempeño escolar;
deficiencias en la correcta aplicación de los planes de estudio; el incumplimiento
de horas-clase; ausentismo de la planta docente y otros indicadores que ubican
a Oaxaca, entre los peores del país en materia educativa.
No obstante, el conocimiento
disponible y la propia experiencia acumulada sugieren que el cambio educativo
es mucho más complejo y más difícil de lograr que lo imaginado hasta hoy. En entidades federativas en donde la CNTE
tiene presencia y fuerza, dicho gremio sindical es casi en un dique imposible
de romper. El rechazo es rotundo a cualquier reforma educativa, que les
merme privilegios y prebendas obtenidas
a lo largo de su lucha político-sindical.
En este sentido el exdirector
general de la UNESCO, dijo a finales de la década de los sesenta: “…es evidente
que los resultados que se obtengan, tanto de las reformasescolares actuales,
como de la renovación pedagógica que se inicia, dependerá mucho delpropio
educador. La función docente se encuentra así en el centro mismo de los
problemasplanteados hoy en el mundo entero por la expansión de la educación y
la necesidad de adaptarlaa las nuevas necesidades del hombre y de la sociedad”.
Como podemos ver, desde esos años ya se
planteaba que cada país adecuara sus modelos educativos para enfrentar el
futuro, muchos atendieron el llamado y
centraron sus esfuerzos por alcanzar objetivos a mediano y largo plazo. Los
resultados los podemos ver hoy en el desarrollo alcanzado por muchos países, algunos, que incluso se
encontraban en una escala inferior al subdesarrollo.
Centrándonos en Oaxaca, el cambio de
paradigmas en la educación pública, topan de frente con resistencias que van
mucho más allá de lo concerniente al tema educativo, la sección 22 ha
pretendido desde que se anunció la posible reforma, imponer un modelo y
propuesta educativa que balcaniza la educación. Su particular visión de la
realidad, sobre la realidad que ve el estado y el resto de la sociedad.
La Alianza para la Calidad Educativa de la SEP federal en Oaxaca fue sustituida por ese
mamotreto llamado Plan para la
Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) y el Sistema de Evaluación
Educativa de Oaxaca (SEEO). En pocas palabras la rectoría de la educación,
manejo de recursos y planes de estudios fueron endosados a la Sección 22 porque el gobernador aliancista Gabino Cué
Monteagudo,invadido de temor aceptó que los maestros oaxaqueños quedaran al margen
de la evaluación universal.
Desde que en mala hora, el gobierno de Heladio Ramírez López, le entregó
a la Sección XXII el control casi absoluto del IEEPO sus tentáculos fueron
atrapando todo y hoy solo podemos ver los mismos vicios y corrupciones que
fueron el motivo de su lucha principal. La educación de Oaxaca se encuentra en
manos de un grupo que tiene todas las características propias de la mafia.
La educación, que se considera el
eje central del desarrollo humano en
todas sus áreas, en el caso de Oaxaca, es apenas una aspiración, un deseo, que
tiene en el magisterio oaxaqueño a su peor enemigo, a la par de gobiernos timoratos que no han sabido
garantizar ese derecho.
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