OPINIÓN
Las otras verdades / Eduardo Cruz
Silva
El texto del siguiente párrafo,
es un fragmento del discurso que el periodista y escritor Gabriel García
Márquez, ofreció ante la 52º Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa. Debo
señalar, que el mensaje integro del Premio Nobel de Literatura, no tiene ni una
sola palabra de desperdicio para quienes hemos decidido ejercer el noble oficio
del periodismo.
“Tal vez el infortunio de las
facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles para el
oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus
programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir
a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la
formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las
aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una
especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por
definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino
que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”.
Tomé las palabras del maestro García Márquez, como punto de
referencia al compromiso que la Asociación de Periodistas Independientes de la
Mixteca (APIM) y quién esto escribe, han asumido al incorporarse a las páginas
de El avisador. Se podrá
pensar, que subrayar lo anterior no tiene razón de ser. Que el ejercicio
periodístico se sobrentiende con los fundamentos que recalca el escritor
colombiano, de hecho, así debe ser, pero la realidad nos muestra cotidianamente
que pocos medios de comunicación cumplen con tales premisas.
Se puede observar, que cuando un
medio informativo, cubre una geografía muy delimitada normalmente responde a
compromisos de diferente índole, las más de las veces a intereses políticos
dejando de lado su papel de interlocutores de la sociedad como garantes de la
libertad de expresión, para convertirse en interlocutores de sus propios
intereses o de sus fuentes de financiamiento. Ejemplo de lo antes expuesto lo
podemos encontrar en la mixteca, Oaxaca
y el resto país, en todas partes se
cuecen habas.
Es en extremo lamentable, que el
ejercicio periodístico que debería ser
asumido como un contrapeso de todos los poderes reales o fácticos que existen
en la sociedad, se convierta también en
otro poder que se alimenta de la simulación, la extorsión, el chantaje y muchos
otros vicios que denigran la noble actividad. En suma, un periodismo
prostituido y mercenario.
Creemos, que el valor supremo del
ejercicio periodístico debe sustentarse en principios y valores éticos que
garanticen un responsable uso de la libertad de expresión, respondiendo siempre
a un compromiso social, nunca de particulares o de grupos. Ese es el camino que
hemos seguido y pretendemos continuar desde estas páginas.
Tal vez nuestra pretensión,
signifique luchar a contracorriente en
relación a otros medios informativos en la región de la Mixteca Oaxaqueña, más aun, cuando en estos momentos existe
un amplio catálogo de medios escritos y otros más (radio, prensa y
portales de internet) que empiezan a surgir al amparo de intereses políticos.
Lo sabemos perfectamente y asumimos el
reto.
En nuestro caso, lo que podemos
decir, es que llevamos a cuestas el compromiso de la responsabilidad de
informar, opinar, denunciar, etc. Con el objetivo que el ciudadano común no
cierre los ojos ante los problemas y de que aprenda reconocer las realidades
sociales que existen. Todo ello, apegado a los valores éticos que identifican
al periodismo, así de simple sin más adjetivos.
Hoy día, es difícil encontrar proyectos periodísticos que
naveguen por el mar de la independencia editorial y financiera que arroja como saldo un ejercicio libre del
periodismo, sin cortapisas y sin anclas de algún interés en específico. Hemos
abordado un barco (El Avisador), que ha desplegado estas banderas y con ello,
nuestros compromisos han quedado expuestos. Con el tiempo, el lector y la
sociedad podrá decir si estamos cumpliendo.
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